El problema de los castigos que nadie te ha contado y que no te conviene ni a ti ni a tu hijo.
- yoligh
- 23 ene 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 ene 2024
Un grave error es basar una relación familiar en una dinámica repetitiva de maltratos y castigos. Suelen darse en hogares donde el comportamiento infantil no es comprendido, cuando el cuidador adulto está frustrado, no conoce sobre crianza, su nivel de estrés es alto, hay necesidades básicas fundamentales o hay desconocimiento de las características de las edades en que se encuentran sus hijos sumado a las propias experiencias vividas en la infancia y del entorno que nos influya.
lo que debemos tener en cuenta es que entre más se reciben gritos, peleas, humillaciones se generan sentimientos desagradables en los hijos como frustración, rabia, rencor, venganza, resentimiento, injusticia etc hacia quien castigó. Alterando su actitud y vínculo hacia este cuidador.
Cuál es el problema con usar los castigos?
Destruyen la concepción del concepto de autoregulación de la conducta, y termina la persona siempre siendo regulado por un otro de forma externa, es el que castiga quien ejerce el control y no se espera a que sea la misma persona quien logre autoregularse.
Desaparecen valores como respeto, esfuerzo, honestidad son reemplezadas por mentiras para que “no me pillen y no me castiguen”. la persona se vuelve manipuladora, calculadora, mentirosa y deshonesta para lograr que su cometido no sea descubrierto.
Los castigos se pueden convertir fácilmente por el hijo en burlas hacia el adulto cuando encuentran el punto débil, los hijos se pueden llegar a sentir superiores al castigo y ahí ya los padres han desaparecido como figuras de autoridad y el castigo no hace el efecto deseado.
Los castigos una vez empiezan a usarse no sirve, pierden poder, y el adulto tiende entonces al ver que llegan a ser ineficacez busca otros castigos mas fuertes y severos, lo cual socava el autoestima de quien los recibe.
Además, y no menos importante el hijo puede volverse inmune al castigo, teniendo respuestas como “no me importa” lo que altera y enfurece al ego de cualquier adulto lo cual le da poder a quien era castigado.
Y ese niño cuando crece podría volverse un adulto que tampoco le teme al castigo, ya no es una amenaza y se pasan las reglas sociales y morales siendo indiferentes a los castigos legales y sociales.
Sumado a esto, genera sentimientos desagradables y afectan la relación con tus hijos, lo cual hará más difícil que te sigan tus pasos e instrucciones.
Ahora ya lo sabes, quítate las manos de los ojos y mira que entre más castigues, más tienes que seguir castigando lo que te demuestra que es ineficaz y poco formativo, solo te sirve para el instante que quieres detener la conducta, pero no enseñaste nada.
Prioriza la conexión con tus niños y adolescentes antes que castigarlos. Aprende más sobre estrategias educativas para tu hogar y asiste a los clubs de mamás que organizo para hablar de crianza y darles ideas de cómo pueden abordar dificultades más comunes en la infancia y adolescencia.
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